El Hambre y la Pobreza
La desnutrición aguda es el resultado físico del hambre.
Es una enfermedad devastadora de dimensiones epidémicas, que padecen 55
millones de niños y niñas menores de cinco años en todo el mundo. Es el
resultado de la escasez de alimentos o de una dieta inadecuada. Al año causa la
muerte de más de 3,5 millones de niños y niñas. Estas muertes podrían evitarse
con un tratamiento nutriciones adecuado.
Pero esta pandemia es a su vez un problema social: una
pesada hipoteca que condiciona el futuro los niños y niñas que la padecen.
Afecta su desarrollo físico e intelectual y a su estado de salud de por vida.
Estos niños y niñas serán adultos frágiles a los que les resultará difícil
sacar adelante a su familia, perpetuando así el círculo vicioso entre la
pobreza y el hambre. Se estima que la pérdida de productividad de una persona
que ha padecido desnutrición.
Por eso creemos que, si la desnutrición supone una
pesada carga para millones de niños y niñas en el mundo, la nutrición puede ser
una excelente inversión. La mejora del estado de nutriciones
de una población refuerza sus capacidades y estimula el
proceso de desarrollo, lo que conduce a una reducción de la pobreza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario